Ministra Paola Tapia dice que el modelo permitiría capturar mayores plusvalías o favorecer la ubicación de viviendas sociales. Especialistas concuerdan con la idea para allegar más recursos al servicio de transporte.
Al inaugurar ayer la Línea 6 del metro, la Presidenta Michelle Bachelet afirmó que “al reducir las brechas de conectividad de muchas comunas, y al hacerlo con este nivel de calidad para todos, hacemos de nuestra capital una ciudad más moderna, pero sobre todo más amable y justa”.
Las palabras de la Mandataria no solo resonaron para muchos por el efecto democratizador que tienen las líneas de metro, al acercar distancias e integrar a residentes de diversos grupos sociales, sino por el potencial que estas adquieren una vez que la construcción ha concluido.
Un ejemplo son los terrenos de las nuevas estaciones Los Leones y Ñuble, de la Línea 6, y Plaza de Armas, de la futura 3, cuyo potencial inmobiliario es evaluado por metro. De hecho, entre las imágenes referenciales que ha presentado la empresa se observan edificios levantados sobre ellas.
La ministra de Transportes, Paola Tapia, afirma que “se trata de una infraestructura pública que debiera tener una mayor plusvalía para el mismo sector público. Por qué no también el día de mañana para favorecer la ubicación de viviendas sociales, y algo más igualitario en el acceso”.
Para el gerente general de Metro, Rubén Alvarado, es “evidente que el metro produce un efecto en la plusvalía del sector donde está, y nosotros, siempre en el marco de lo que permite la ley, buscamos que se produzca un desarrollo inmobiliario en el sector que colinda con el metro”.
Respecto de los terrenos de las nuevas líneas, plantea que “hay posibilidades de hacerlo con cooperación público-privada. Tratamos de diseñar las estaciones de manera que se permita la expansión inmobiliaria, obviamente dentro de lo que le permite la ley al giro del metro”.
El ex ministro de Transportes Pedro Pablo Errázuriz afirma que en el diseño de la Línea 6 se priorizó ese mecanismo “porque los terrenos se valorizan y a uno le gustaría que parte de ese valor lo pudiese capturar el metro. Es necesario desarrollar un modelo”.
La ex subsecretaria Gloria Hutt, en tanto, añade que “el modelo tiene restricciones, como la metodología de rentabilidad, que no incluye la valoración de las plusvalías dentro de los gastos fiscales de los proyectos de transporte”.
“Tratamos de diseñar las estaciones (de la Línea 6) de manera que permitan la expansión inmobiliaria, obviamente dentro de lo que le permite la ley al giro del metro”.
RUBÉN ALVARADO
Gerente general de Metro de Santiago
“Se podría pensar que nuevas líneas se financien con la formación de plusvalías que generen desarrollos inmobiliarios, como en otros países”.
GLORIA HUTT
Ex subsecretaria de Transportes